miércoles, 17 de abril de 2013

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Finalmente nos hemos decantado por uno de los lieder más conocido de Schubert: El rey de los Elfos, o en alemán Der Erlkönig.
“Der Erlkönig” se basa en un poema de Goethe, basado a su vez en una leyenda escandinava sobre la que Johann Gottfried von Herder ya había compuesto un poema. El cuento original narra la terrible costumbre del rey de los elfos de aparecerse ante los vivos anunciándoles su inminente muerte. Al llevar esta historia a su poema, Herder nombró a su siniestro rey de forma que sonara similar al original danés, “Ellerkang” (rey de los elfos). Para ello utilizó la expresión “Erlkönig”, que en realidad significa rey de los alisos (un tipo de árbol) en lugar de “Elfenkönig” (rey de los elfos). Goethe tan sólo empleó el nombre ya usado por su colega. El poema de Goethe cuenta la historia de un padre que cruza a caballo el bosque en una noche tormentosa llevando en los brazos a su hijo moribundo, mientras éste dice ver al rey de los elfos que pretende llevarle consigo. El poema ha sido usado como texto para lieder por muchos compositores clásicos; el más famoso es indudablemente el de Franz Schubert. Protagonista de excepción en estos años es el barítono Johann Michael Vogl (1768-1840) quién cantaría muchos de estos lieder y que tras el éxito conseguido con la interpretación de “Erlkönig” conseguiría, por fin, que una obra del compositor fuera publicada. Según cuenta la leyenda, un joven Schubert de dieciséis años vendió sus libros del colegio para poder asistir al estreno en 1813 de la versión definitiva del “Fidelio” de Beethoven donde Vogl interpretaba el rol de Pizarro. En esta pieza para voz y piano, Schubert logra reflejar con maestría cada uno de los personajes que aparecen en el poema, confiriendo a cada uno de ellos unas características musicales propias, lo que dificulta la interpretación del solista vocal que debe hacer gala de una expresividad y ductilidad muy importantes, ya que tiene que reflejar, al mismo tiempo, el miedo creciente del hijo, la sugestiva persuasión del rey de los elfos, y la inquieta contención del padre. En cuanto al acompañamiento musical, el piano representa el galope del caballo con las veloces notas repetidas en la zona grave, mientras la lluvia y el viento son descritas con las notas ascendentes y descendentes dando sensación de continuo movimiento. En la última estrofa, cuando el padre acelera el galope, aumenta la velocidad de las notas del piano, que se detienen en seco al llegar a la casa y descubrir que el niño ha muerto. Poco a poco iremos dando información sobre este lied: letra, estructura armónica,...


Información obtenida del blog de María Quintanilla.

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